Canarias ha gastado casi 17.600 millones en inmuebles que permanecen vacíos

(ABC) Casi 17.600 millones de euros. Esto es lo que han costado a la economía canaria los muchos miles de inmuebles que, sin embargo, permanecen vacíos. Allá en 2001 había en las Islas cerca de 139.000 viviendas deshabitadas (exactamente 138.892). Los habitantes eran entonces menos de 1,7 millones (1.694.477). Los datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE), relativos a 2011, dan a conocer que la población está ya constituida por prácticamente 2,1 millones de personas (2.082.655). El aumento fue, por tanto, del 23%. Con todo, el número de casas desocupadas apenas disminuye: aquellas 138.892 de 2001 son (eran en 2011) 138.262. En consecuencia, el incremento poblacional, superior, en términos porcentuales, al del conjunto del Estado, no ha sido suficiente para reducir la cantidad de inmuebles ociosos. Subyacen en esta paradoja los años del auge inmobiliario. Tan es así, que la mayor parte de las viviendas vacías que hay en el Archipiélago, el 19,5%, fueron construidas entre 2002 y 2011. Es decir, una de cada cinco (casi 27.000 de las susodichas 138.262) están ubicadas en edificios levantados en el último decenio, el del boom del ladrillo. Ni vendidas ni alquiladas. Esas cerca de 140.000 casas que no encuentran ni inquilino ni comprador, muchas de las cuales figuran en los balances de los bancos, incapaces de colocarlas ahora cuando la burbuja ha estallado, le han supuesto a la economía de la región un importante coste. Para comprobarlo basta con multiplicar el precio del metro cuadrado en Canarias (1.269,6 euros, según las últimas estadísticas del Ministerio de Fomento) por los cien metros de superficie de un inmueble estándar, y, después, multiplicar el resultado por las viviendas deshabitadas (138.262). Prácticamente 17.600 millones de euros (17.554 millones exactos), esto es, el 42% del Producto Interior Bruto (PIB) de la autonomía. Si se toman como referencias superficies de 90 u 80 metros cuadrados, los 17.600 millones de euros se reducen a 15.800 y 14.000 millones, pero la trascendencia no decrece. Lo mismo ocurre si la operación matemática descrita se hace sobre la base de la hipoteca media en vez de con el precio. De cualquiera de las formas, los datos del INE y de Fomento permiten cuando menos vislumbrar las dimensiones de la problemática inmobiliaria en las Islas. Miles de millones de euros transformados en casas desocupadas, que han minado los activos de las entidades bancarias y, finalmente, las economías estatales  y del Archipiélago. Y ello sin olvidar la merma en la capacidad de inversión de las empresas y de consumo de las familias, cuya principal preocupación es ahora el pago de las deudas relacionadas con el ladrillo. Las estadísticas ponen además de manifiesto que la población aumentó un 23% en el período en cuestión (2001-2011), un espacio de tiempo en el que el número de hogares o primeras viviendas creció un 43% (pasaron de ser alrededor de 552.500 a ser 790.000). Mientras, el total de inmuebles, ya sean estos residencias principales o secundarias, se incrementó un 22,3% (de poco más de 850.000 a 1,04 millones). Así pues, el aumento de los hogares coincidió con una disminución de la cantidad de «casas de vacaciones».